Una vez adquirido era
conducido al herrero de la ciudad para ser marcado cada negro, con un
signo distintivo puesto en la espalda o en el brazo derecho con un
fierro hecho de ascuas (fierro candente) cual si fuera un animal, a este
acto se le llamó "Carimba", esto lo hacía cada señor hacendado para
reconocer cada negro de su propiedad, comprar un esclavo era costoso
pero lo cual su propietario trataba de sacarle ganancia lo más rápido
posible. Los primeros esclavos negros que llegaban al valle, fueron
destinados a la agricultura, comenzaron a trabajar la tierra abriendo
campos de cultivos, otros preparaban los terrenos utilizando la nueva
tecnología traída por los europeos; el arado por medio de dos novillos
dejando surcos para la siembra de los tallos de la caña de azúcar en
grandes extensiones de terrenos, esta faena comenzaba cada mañana, los
negros al oir el sonido de la campana, |
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salían de los galpones
listos para el trabajo agrícola, llevaban sus herramientas y a la vez
portaban un sombrero de paja para protegerse de los rayos de la luz del
sol una camiseta llamado cotón de bayeta traído de la sierra de
Quivilla, Puños y otros, portaban un pantalón de jerga arremangada hasta
la altura de la rodilla, en los pies llevaban su shucuy, este calzado
fabricado por ellos para protegerse los pies. Los negros que se quedaban
en sus galpones por enfermedad o por llegar tarde eran azotados y
trasladados a los campos de cultivo, el lenguaje que utilizaba el
capataz como medio de comunicación con los negros esclavos fue el látigo
que lo llevaba enrollado y colgado en la cintura, su sonido en el aire
sonaba corno un chasquido parecía una víbora dispuesta a morder. Algunos
negros no soportaban estos tratos se evadían mientras se descuidaba cl
capataz y fugaban por las alturas de Ambo y San Rafael con rumbo
desconocido: el frío y el hambre fueron sus peores enemigos de los que
se fugaban pues morían en las quebradas abandonados solo se encontraban
sus restos fósiles que quedaban como huellas, otros el desconocimiento
del camino eran presos de sus captares hombres armados de arcabuces,
estos negros eran capturados y conducidos a la hacienda a donde
pertenecían para cobrar alguna recompensa por su captura, estando en la
merced de sus hacendados se les aplicaba castigos bárbaros como la brea,
los fierros malvados, quemándoles su carne, 200 azotes, hasta dejarlos
casi muertos, todo esto lo hacían delante de sus compañeros para que así
enmendaran y se les quitara las ganas de huir, el trabajo en el campo
continuaba con eficacia sin descanso, el factor geográfico y climático
favoreció el establecimiento de los negros esclavos y el cultivo de la
caña de azúcar, de ellos se tuvo que hacer una gran industria de los
productos derivados, siendo el primer ingenio en el Perú durante la
colonia de producción de la famosa caña de azúcar traída por los
europeos adaptados similar a las de las islas Antillas. Cada vez se
necesitaba mayor cantidad de la mano negra de esclavos y se procedió a
la exportación en mayor escala, el trabajo de éstos negros eran
satisfactorio y rendidor para el hacendado que tuvieron enormes
ganancias en esta zona de Guanuco. Los negros que trataban de huir eran
encadenados en los pies y así trabajaban a consecuencia de su osadía. Se
crearon los nuevos jefes llamados los caporales, estos eran dos negros
que se ocupaban de cuidar y vigilar a los negros que trataban de huir
del trabajo.
Comenzaron
a producir la caña de azúcar en gran cantidad hasta que se comenzó a
exportar los productos de la caña por la Sierra Central y una parte
para la Capital, al finalizar el siglo XVI., en el valle primaveral del
Huallaga o Pillcomayo la producción era muy fructífera, comenzó a
tener gran importancia, produciendo como azúcar, chancaca, alcohol,
aguardiente, huarapo y otros, pero esto se debió al sudor, al esfuerzo
y a las lágrimas de los trabajadores esclavos negros quienes habían
reemplazado a la mano de obra del indio o indígena en las faenas
agrícolas.
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